Fernando García Calderón

Un traslado profesional paterno lo llevó a Madrid con apenas diez años, en cuyo padrón sigue figurando.

En 1994 uno de sus cuentos más breves salta del folio a la página impresa, siendo incluido en el volumen de relatos hiperbreves Quince Líneas, promovido por el Círculo Cultural Faroni y editado por Tusquets en su colección Andanzas.

En el año 2000, tras la publicación del primero de sus volúmenes, da por finalizada su etapa itinerante.

Todos sus libros de relatos han visto la luz en la sevillana Ediciones Alfar.

Inicia su aventura novelística en 1995, tras completar su única nouvelle, premio Alfonso Sancho Sáez: La sonrisa del observador.

La novela histórica, el thriller y las historias generacionales, en su pluma, cobran la originalidad reseñada con frecuencia por la crítica.