No tuvo buena acogida en la sociedad granadina por el carácter de su actuación como magistrado, muy intervencionista para los usos y costumbres de esa región, e incluso sufrió un atentado contra su vida, sin consecuencias.
Siete años después el Rey Carlos III le concede la Orden de Carlos III por su trayectoria profesional.
Es aceptado en la Real Academia Española[2] en 1737 y como académico honorario de la Real Academia de la Historia en 1739.
De este matrimonio nacen: Habiendo fallecido su primera esposa en 1755 vuelve a casar en 1756, con Paula de Quevedo Hoyos y Colmenares, no teniendo descendencia de este matrimonio.
Como reconocimiento a su trayectoria, además de la ya mencionada Orden de Carlos III, dicho monarca le concede el título de Barón de Velasco que no llega a ostentar pues en el mismo acto se lo cede a su hijo José María de Velasco y Montoya, quien se convierte así en el primer Barón de Velasco.