Los primeros jesuitas que llegaron a Taiwán lo hicieron en 1951, a petición del director del Departamento de Lenguas y Literaturas Extranjeras de la Universidad Nacional Taiwán , el profesor Ignacio Ying Qianli (Ying Shih-li, 英千里)[1] .
Desde 1965 a 1970 vivió en la isla de Hong Kong, trabajando en la versión en español del proyecto del Padre jesuita Laszlo Ladany, la revista "China News Analysis" (CNA) [6] , una publicación semanal escrita íntegramente por ese jesuita húngaro.
Todo ese material era analizado y ordenado temáticamente por Ladany, ofreciendo una imagen de China lo más veraz posible.
Incluso, hasta las embajadas acreditadas en Beijing estaban suscritas al boletín del Padre Ladany, que recibían a través de la valija diplomática.
Desde esta atalaya Mateos se convirtió en un observador de la evolución del comunismo durante la fase de la Revolución Cultural, publicando regularmente sus propias observaciones y ensayos en la revista Razón y Fe.
Siguió dando clases hasta el verano de 1990, en que se jubiló aunque aún continuó unos pocos años a dedicación parcial, iniciando las clases de griego en el departamento.
Según un plan trazado por el jesuita húngaro Eugenius Zsámár, los jesuitas de las misiones chinas, desde 1950 en Macao y después en Taichung, venían compilando un monumental diccionario chino, en correspondencia con cinco lenguas europeas: latín, francés, español, inglés y húngaro.
Como resultaba difícil editar un voluminoso diccionario chino-políglota, empezó a compilarse por separado un diccionario abreviado chino-francés; entonces se pensó en componer igualmente otro abreviado chino-español, labor de cuya dirección encargaron al P. Mateos.