Su obra está marcada por el conocimiento adquirido del escultor tradicional fang y tío suyo, Antonio Edu.
En 1989 regresó a Guinea Ecuatorial, y en 1991 contactó con el Centro Cultural Hispano-Guineano de Malabo, donde se consolidaron sus relaciones con el arte y la Cooperación Española,[5] asumiendo la dirección del taller-escuela de talla del CCH-G y finalmente -tras el cierre del Centro Cultural- en su pueblo natal.
En palabras del propio artista, «Para buscar las maderas hay que ir a la selva.
[6] A su retorno a Guinea Ecuatorial, sobre la base tradicional continuó con su formación autodidacta, y cierta influencia de los docentes del Centro Cultural Hispano-Guineano, José Mañana y Eva Alcaide, entre otros.
Su obra se fue expuesta en Guinea Ecuatorial, Gabón, Congo, Sao Tomé, Costa de Marfil y España.