Estuvo arrendado a la empresa Ferrocarril Chiapas Mayab.
Con este fatal suceso quedó en suspenso la construcción del ferrocarril.
Después de varias concesiones fallidas, múltiples ofrecimientos no cumplidos y ofertas de subsidios, gracias a José Rendón Peniche y Pedro Contreras Elizalde, se pudo obtener la autorización conducente.
Las cosas se complicaron y hubo demandas por incumplimiento.
[2] Tras su inauguración, se construyeron otros ramales que comunicaban a las haciendas henequeneras con Mérida; o ramales que evitaban tocar la capital de Yucatán y, con ello, las rutas controladas por sus élites, para transportar el henequén a Progreso sin intermediarios:[3] En 1902, se fusionaron las líneas de Mérida a Progreso e Izamal, Mérida a Valladolid y Mérida a Campeche, así como el muelle fiscal y los almacenes del puerto de Progreso, a iniciativa del gobernador Olegario Molina, conformando una sola empresa denominada Ferrocarriles Unidos de Yucatán.