El desarrollo del ferrocarril, tuvo como objetivo facilitar el transporte de la producción agrícola y mineral (fundamentalmente trigo y yeso) en la península de Eyre.
[1] La red fue privatizada en 1997[Nota 1] y quedó a cargo de la Australian Southern Railway.
La empresa no realizó ningún programa de modernización significativo, y en 2012 operaba las locomotoras más antiguas en servicio activo de Australia.
Las vías estaban construidas con rieles livianos que, en el mejor de los casos, llegaban a los 24,8 kg/m, mientras que el ramal a Kapinnie contaba con rieles de tan solo 17,4 kg/m.
A las falencias en la infraestructura, se suman los defectos del material rodante.