El joven Leopoldo II era un soberano atento a los avances tecnológicos, por ese motivo, favoreció el nacimiento de los ferrocarriles, aunque dejó la iniciativa al capital privado.
La decisión del duque también incluía un ferrocarril a Florencia vía Pistoia y Prato.
Una empresa similar se creó en Lucca para construir el tramo entre la capital del pequeño Ducado, la Valdinievole y Pistoia.
En 1859 se unió a Pistoia la línea Luquése, lo que hizo factible una nueva ruta Florencia-Pisa vía Pistoia-Lucca,[1] Cabe señalar que la línea María Antonia y la línea Leopolda permanecieron separadas en Florencia, a pesar de que sus respectivas estaciones estaban a poco más de un kilómetro de distancia, hasta 1860; uniéndose a través de la ferrovia Lucca-Pisa.
En 1864, con la inauguración de la Porrettana, que une las ciudades de Bologna con Pistoia, las cosas parecieron cambiar al convertirse la línea en parte integrante del eje Bolonia-Florencia.
Según el cronograma, las obras del tramo a Lucca deberían haber comenzado en 2017 y su finalización está prevista para 2020, aunque la red ferroviaria italiana contaba con terminar todo para 2019.