Son árboles, que alcanza un tamaño de 20 m de alto, iniciándose como epífitos y tornándose estranguladores; ramas jóvenes acostilladas, flocosas, gris claras.
Hojas obovadas, ovadas a elípticas, 5.5–13 cm de largo y 3.5–6.5 cm de ancho, redondeadas a obtusamente obtusas en el ápice, redondeadas a levemente cordadas en la base, glabras, lisas, rígidamente cartáceas y café claras cuando secas, 4–7 pares de nervios secundarios, formando un marcado nervio submarginal, nervios terciarios ligeramente prominentes en el envés; pecíolos 2–9 cm de largo, flocosos pero tornándose glabros y la epidermis desprendiéndose, gris claros, estípulas 0.5–0.9 cm de largo, densamente flocosas, gosipinas con tricomas blancos.
En Morelos, para el paludismo, cortan las ramas, desprenden las hojas y dejan caer la "leche" en un vaso con agua “hasta que quede blanca”; se toma una vez al día por 3 o 4 días, “según le agarre de fuerte la enfermedad”.
En el siglo XVI, Francisco Hernández de Toledo señala: las hojas tienen naturaleza fría y curan las úlceras.
[2] Ficus cotinifolia fue descrito en 1817 por Carl Sigismund Kunth en Nova Genera et Species Plantarum (quarto ed.)