En el seminario se quebranta su salud, por lo que abandona temporalmente sus estudios para regresar a su pueblo.
Al día siguiente celebró su primera misa, después de ordenado sacerdote.
En 1877 retornó al Perú y se estableció en Huaraz, fundando el colegio San Agustín; y en 1886, el colegio Santa Rosa de Viterbo que sería destinada para la educación de las niñas.
Sus primeras medidas estuvieron encaminadas a la reorganización del seminario de Ayacucho.
Durante su obispado realizó tres sínodos: el primero en 1908, el segundo en 1912, y el tercero en 1918.