Fidela Gardeta

Valentín murió pronto y Fidela quedó al cuidado de sus tíos.

[1]​ Acabados sus estudios, comenzó a trabajar en el coro del Teatro Real y poco después debutó como mezzosoprano en Pamplona.

Tras este debut, durante cinco temporadas sería una de las voces fijas del teatro.

[1]​ En 1899, precisamente en el Teatro Real, estrenaba Rigoletto, bajo dirección de Cleofonte Campanini, ópera en la que debutó Marino Aineto, otro cantante aragonés.

La artista cantaba tanto ópera, como zarzuela, siendo una excelente actriz, de una belleza excepcional.