La Filología y todo lo relacionado con las letras tuvo en el mundo helenístico un gran desarrollo.
Muchos de los eruditos que dedicaron su trabajo a perfeccionar esta materia fueron además bibliotecarios de las distintas bibliotecas importantes del momento: biblioteca de Alejandría, biblioteca de Pérgamo.
Los gramáticos helenísticos realizaron en las bibliotecas una gran labor digna de aprecio y de reconocimiento gracias a la cual han llegado hasta nuestros días los textos correctos y corregidos de los grandes autores griegos de la antigüedad clásica y de la propia época helenística.
En este campo se distinguieron grandes eruditos, trabajadores incansables que supieron poner orden tanto en las obras antiguas como en las nuevas, dictaron normas y dieron definiciones oportunas dentro del estudio de las letras.
Aristófanes de Bizancio, Aristarco de Samotracia, y muchos otros, fueron filólogos de gran capacidad y cuyo trabajo, de una manera o de otra, ha podido llegar hasta la época actual.