El enfoque utilitario —hoy en día el más extendido en el mundo occidental— fue desarrollado por los filósofos Jeremy Bentham y John Stuart Mill.
[3] Es una forma de consecuencialismo, pues la acción correcta se entiende por completo basándose en sus consecuencias.
[4][5] Varios eruditos, escritores, ecologistas y filósofos agrarios como Peter Singer, Aldo Leopold, Vandana Shiva, Barbara Kingsolver y Wendell Berry han argumentado en contra de la visión utilitarista de la agricultura.
El enfoque libertario, que tiene una aceptación importante en Estados Unidos, sostiene que los sujetos, como agentes, poseen cosas y gozan de ciertos derechos morales incluyendo el derecho de adquirir propiedad privada.
En 1968, Garrett Harden aplicó esta enfoque filosófico al argumentar que la única solución a la denominada tragedia de los bienes comunes era dejar los recursos hídricos y del suelo en las manos de ciudadanos privados.
[8] Así lo cree Aldo Leopold, por ejemplo, quien además considera que una acción es correcta si tiene a «preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica».