Filosofía de la psicología

Cada ciencia genera su propia epistemología o filosofía especial, con base en las características de su quehacer intrínseco.

Se ha llegado, pues, aparentemente, a un estudio sistémico del objeto de conocimiento.

Por lo que se deja fuera del ámbito de estudio a los animales que normalmente son incapaces de aprender (aquellos sin sistema nervioso, o con uno que no permita el aprendizaje) y se calificaría como objetos de estudios a todos los vertebrados superiores (mamíferos y aves, sobre todo).

[nota 1]​ Estos enfoques son más a menudo mutuamente incompatibles que complementarios.

[3]​ Así, puede decirse que el quehacer epistemológico no consiste de algo abstracto e indeterminado.

Los modernos filósofos de la ciencia... no pretenden saber más que los científicos cuya obra estudian».

Por ello, no todos los temas abordados por la filosofía tradicional pueden ni deben ser materia de revisión a la luz de la ciencia, pues muchos podrían no ser sino embrollos verbales.

Se trata, en esos casos, de eliminar errores categoriales (aplicar indebidamente conceptos que provienen de un contexto a otro distinto) y aclarar la significación funcional del lenguaje ordinario en situaciones específicas.

No se puede llamar epistemología a cualquier concepción o tradición filosófica desarrollada independientemente del conocimiento científico.

Así pues, en principio la fenomenología y el existencialismo deberían quedar fuera de esta denominación.

Solo la tradición de descuido epistemológico en psicología justifica la actual permisividad hacia semejantes enfoques.

Como señala Mario Bunge: «la concepción del mundo del hombre contemporáneo se funda [...] sobre los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la teoría a la fantasía, la predicción a la profecía [...] Hace un siglo, quien ignoraba La Iliada era tildado de ignorante.

Asimismo, se puede describir el proceso de confirmación de tal veracidad enumerando las operaciones empíricas y racionales que se llevan a cabo, pudiendo replicarlas en cuanto sea necesario e incluso confrontarlas con otras observaciones.

El progreso en la ciencia se da únicamente bajo la suposición de una mayor explicabilidad de los fenómenos a cargo del nuevo paradigma, pero sin llegar a tener necesariamente una mejor correspondencia con la realidad que pretende explicar.

Para llegar a esta última etapa fue necesario mucho esclarecimiento epistémico en cuanto al problema de la confusión entre eventos y constructos.

Socrátes.