[6] Comparados con el interferómetro Fabry-Pérot, otro filtro óptico de alta gama, los filtros de Faraday son más robustos y más baratos; su coste en 2002 rondaba los 15 000 USD por unidad.
[7][8] El predecesor al filtro atómico de banda fue el contador cuántico infrarrojo, un amplificador cuántico mecánico ideado por Joseph Weber y diseñado en los años cincuenta por Nicolaas Bloembergen para detectar radiación infrarroja con niveles bajos de ruido.
[9][10] Por aquel entonces ya existían amplificadores de rayos x y rayos gamma sin emisiones espontáneas y Weber trasladó el concepto de esta tecnología al espectro infrarrojo.
[11] Para los años setenta, se impusieron los contadores cuánticos de vapor atómico para detectar radiación electromagnética, por ser los gases un medio superior a las sales metálicas y cristales utilizados con anterioridad.
En 1977, Gelbwachs, Klein y Wessel crearon el primer filtro atómico de línea activo.
Las propiedades termodinámicas de la celda de vapor son controladas cuidadosamente, pues determinan cualidades importantes, como la fuerza del campo magnético que debe aplicarse.
[27][28] Puesto que los primeros contadores cuánticos utilizaban cristales de iones metálicos en cristales, sería factible su uso en los ALF; se puede suponer que no se ha sido así por la superioridad de los vapores atómicos en este ámbito.
Los parámetros exactos (temperatura, fuerza de campo magnético, longitud, etc.) del filtro serán adecuados a la aplicación buscada.
Estos valores solo pueden ser calculados por computadora dada la complejidad extrema de los sistemas.
[29] Los filtros atómicos de línea funcionan comúnmente en las regiones ultravioletas, infrarrojas y visibles del espectro electromagnético.
Como consecuencia, los filtros pasivos pocas veces se usan con luz infrarroja, porque la frecuencia de salida sería demasiado baja.
[13] En este caso, los ALF activos suponen una ventaja sobre los pasivos, por generar longitudes de onda de salida cercanas al ultravioleta, la región espectral en donde los fotocátodos exhiben la mayor sensibilidad.
En 1989, Eric Korevaa desarrolló un «ALF rápido», que detectaba la fluorescencia emitida sin utilizar placas fotosensitivas.
[3] Con estos métodos los dispositivos alcanzan fácilmente frecuencias del orden de gigahercios.
Las luz perdida es reflejada o absorbida por lentes imperfectas, filtros y ventanas.
La banda de paso es menor para elementos con número atómico alto a temperaturas bajas, condiciones que suelen considerarse ideales.
El método más aceptado para incrementar la banda de paso consiste en usar gases inertes, caracterizados por una línea espectral ancha.
Estas emisiones pueden estimular el vapor en el filtro y confundirse con la señal a detectar.
La captura de la radiación — proceso en el que la radiación emitida por un áyomo es absorbida por otro— puede afectar severamente el desempeño del filtro atómico de línea y por tanto su sintonización.
Los filtros atómicos de línea facilitan el seguimiento por láser en comunicaciones espaciales, submarinas y con láseres ágiles.
Estos CCD son ineficientes y requieren la transmisión de pulsos láser dentro del espectro visible.