Las flamínicas eran las esposas de los flamines, distinguidas por sus adornos particulares y grandes prerrogativas.
La flamínica dial se vestía de color de fuego y llevaba sobre sus vestidos la imagen del rayo.
Cuando iba a los Argeos no podía adornar su cabeza ni peinar sus cabellos.
Traía en su peinado un ramo de encina verde.
Le estaba prohibido el divorcio y su sacerdocio terminaba con la muerte de su marido.