Florisvaldo de Oliveira

Su apodo, "Cabo Bruno", se lo dieron sus amigos cuando todavía era un niño, incluso su madre prefería llamarlo de esa manera.

[4]​ Supuestamente era contratado por los comerciantes del lugar, quienes le pagaban con tal de que protegiera sus negocios de posibles delincuentes,[5]​ aunque esto fue negado por el propio Oliveira, quien aseguró que siempre actuó solo.

La mayoría de los asesinatos ocurrieron durante 1982; solía dejar los cuerpos en la misma zona como una advertencia para cualquier posible delincuente.

José Aparecido Benedito fue la única persona que logró sobrevivir a un ataque de Cabo Bruno.

Su primera fuga sucedió el 17 de junio de 1984, cuando logró desarmar y someter a un militar que lo custodiaba, quitándole el arma y disparando contra los guardias, hiriéndolos, aunque logró ser atrapado poco tiempo después.

[2]​ Su última fuga sucedió en julio de 1990, cuando él y otros dos reos sometieron a tres guardia-cárceles, robándoles las armas.

Se encontraba volviendo de dar una misa junto a su familia cuando dos personas le dispararon 20 veces por la espalda con al menos dos armas.