El Fokker D.X, también conocido como Fokker D.10, fue un avión holandés de combate diseñado después de la Primera Guerra Mundial.
Se trataba de un monoplano con alas en parasol y en voladizo, lo cual era una característica poco común en la época.
Su motor rotativo solo podía desarrollar 82 kW (110 CV), pero tenía buenas cualidades de vuelo.
Después de la guerra, Anthony Fokker trasladó su fábrica a los Países Bajos, donde continuó la producción.
El D.X fue un desarrollo ampliado del D.VIII, que tuvo un éxito limitado.