Antes del advenimiento de la resonancia magnética, se realizó una investigación considerable utilizando imágenes por rayos X.
Por lo general, las estructuras de tejidos blandos, como la lengua, son difíciles de medir con los rayos X, ya que el haz registra todo lo que hay en el camino, incluidos los dientes, la mandíbula y las vértebras.
Estas estructuras óseas fuertemente marcadas de imagen oscurecen el tejido blando más débil.
Las imágenes de MRI se han utilizado para detallar la anatomía y función del tracto vocal.
Estas superficies se han utilizado para calcular el volumen del tracto vocal 3D para modelar la geometría relevante a las relaciones acústicas.
Los bordes extraídos también se han utilizado para modelar estructuras tridimensionales dentro del tracto vocal.
Al medir el movimiento del tracto vocal, la cine-MRI es de particular interés.
Sin embargo, el sujeto debe producir las repeticiones con mucha precisión para evitar que se borre la imagen.
Cada bobina del transmisor emite una frecuencia sinusoidal diferente para generar campos magnéticos alternos.
Al sujeto se le colocan unos sensores o receptores en las estructuras orales y faciales de interés en la línea media.
Es más fácil seguir los puntos en la cara que aquellos dentro de la cavidad oral, porque los marcadores mantienen contacto visual con los sensores en todo momento.
Estos instrumentos de seguimiento externos rastrean los movimientos del labio, la mandíbula y la cara en 3D y son adecuados para examinar las relaciones complejas entre ellos, como las señales proporcionadas por los movimientos faciales en el habla hiperarticulada frente a la normal.
La electroglotografía es una técnica para investigar las variaciones en la fonación, que proporciona una medida del cierre de las cuerdas vocales.
Cuanto más apretado es el contacto, menor es la resistencia entre las placas y mayor es la corriente.
Simplemente muestran la impedancia eléctrica entre dos placas colocadas a cada lado de la laringe.
Ambas máscaras están unidas por pequeños tubos a las entradas en el conjunto.
Otras dos entradas se usan para tubos para detectar la presión del aire en la boca y en la faringe.
La manera más fácil de registrar la presión del aire en la boca es hablando mientras se usa un pequeño tubo entre los labios.