Previamente, ya se habían obtenido registros de movimientos vibratorios que producen sonido, utilizando diapasones de afinación y otros objetos al entrar en contacto con algún medio que permitía visualizar las ondas; pero nunca de ondas sonoras reales que se propagaban a través del aire u otros medios.
Con este invento, se consiguió transcribir las ondas sonoras, como también las ondulaciones u otras desviaciones, en forma de una línea trazada sobre un papel o un vidrio ennegrecido con humo.
No se entendió hasta después del desarrollo del fonógrafo que la onda grabada por el fonoautógrafo era precisamente una grabación de sonido que solo necesitaba un medio de reproducción adecuado para reproducirse.
Esta primera grabadora intentaba imitar la tecnología fotográfica en el arte de fijar sonidos.
[2] Realmente, al inventor francés no le interesó encontrar la forma para reproducir los sonidos tal y como llegó a hacerse después.
Su pasión se centraba en fijar y estudiar la "grafía" que dejaban estos sonidos sobre el papel.
Escanearon el papel en relieve con un sofisticado programa de ordenador desarrollado años antes por la Biblioteca del Congreso estadounidense.
El método propuesto por primera vez por Cros se utilizó en aquel momento para producir un disco de metal con un surco modulado.