La forma cíclica es una técnica de construcción musical mediante la que se utiliza un tema, melodía, o material temático como elemento unificador de varias secciones o movimientos de una composición musical.
En otras ocasiones puede aparecer en diferentes partes, como en la Sinfonía fantástica de Berlioz.
Cuando los movimientos son suficientemente cortos y comienzan a ser oídos como uno solo en vez de varios, empieza a distorsionarse el límite entre la forma cíclica y la forma musical de la variación.
El término se aplica habitualmente a música compuesta a partir del siglo XIX, aunque entre los casos más famosos se encuentran la sinfonía en re menor de César Franck o la Sinfonía Fantástica, la sonata para piano en si menor y otras numerosas composiciones de Franz Liszt.
El término es más discutible en ciertos casos en los que la semejanza es menos clara, particularmente en los trabajos de Beethoven, que utiliza fragmentos muy básicos.