Fue descubierta en 1841 cerca de Otavi en la región Oshikoto (Namibia), siendo nombrada así por ser un mineral que contenía fosgeno -oxicloruro de carbono-.
Sinónimos poco usados son: cromfordita o galenoceratita.
Es un mineral de aparición muy rara, típicamente formado por alteración de la galena en las zonas de oxidación de yacimientos del plomo hidrotermales, o también mediante la reacción del agua marina con otros minerales del plomo.
Suele encontrarse asociado a otros minerales como: cerusita, anglesita, matlockita o laurionita.
Contiene plomo que es tóxico, por lo que debe manipularse con precaución, lavándose las manos y evitando ingerirlo o inhalar el polvo.