Concretamente, los fotógrafos itinerantes fueron sujetos allegados a la fotografía ya sea por disciplinas artísticas (pintura, grabado, etc.) o por cierta disposición monetaria (debido a los altos costos de la fotografía en aquella época –siglo XIX-), que se encargaron de evidenciar “otredades” como las costumbres o los paisajes.
Su modo consistía en mudarse a las regiones, junto con su equipo y su laboratorio, y a suerte de etnógrafo, utilizar la técnica fotográfica como registro de lo que ellos veían.
Se los llamaba itinerantes debido a que hacían escalas en los lugares explotando comercialmente la fotografía y luego de cierto tiempo, continuar su travesía buscando otros paisajes y otras culturas.
Estos estaban conformados por fotografías las cuales se extendían más allá del uso privado, familiar, y podemos compararlos a los libros de fotografías temáticos del presente.
Antes de 1880, momento en que se desarrolló el procedimiento de Impresión offset (medios tonos) que permitiría publicar fotografías en libros, diarios y revistas, los álbumes reunían un grupo de fotografías sobre algún tema, o hecho que se documentaba (una guerra p.e.)