Locajono se inició en la pintura con su padre Luigi.
Coin dieciocho años, y una vez que había aprendido los rudimentos de su profesión, Locajono marchó a Nápoles, donde perfeccionó su estilo de la mano de los numerosos paisajistas que recalaban en la ciudad, y sobre todo gracias a su ingreso en la escuela de los hermanos Filippo y Giuseppe Palizzi.
Posteriormente marchó a Florencia, donde conoció la escuela de los Macchiaioli.
En 1870 expuso en Viena y París La valle dell'Oreto, en 1874 sus cuadros fueron llevados a Burdeos.
Fueron años de éxito internacional, lo que le permitió entablar amistad con grandes figuras como Gabriele D'Annunzio.