A Francisco Amorós y Ondeano se le debe, por ejemplo, los primeros pasos decididos y sistemáticos para introducir la educación física en el programa de las escuelas primarias.
Es aquel método en que se emplean aparatos, trapecio, barra fija, paralelas, anillas, trampolín, etc.
Fue director del Real Instituto Militar Pestalozziano de Madrid.
Su obra Cantiques religieux et moraux ―en realidad una recopilación de cánticos patrióticos― hizo que el gobierno de la Restauración se interesara por su método de educación física ―el «sistema amorosiano» como lo denominaba― y en 1820 lo nombrara director del Gymnase normal militaire et civil, también conocido como Gymnase de Grenelle, por el nombre del parque parisino donde se encontraba, y que pronto alcanzó fama internacional.
En 1830, ya con Luis Felipe de Orleans en el trono, publicó Manuel d’éducation physique, gymnastique et moral donde sistematizó su método gimnástico, convirtiéndose en una obra de referencia.