Pronto comenzó una relación estrecha entre Francisco Brosa y Elías Rogent, arquitecto catalán.
[5] La actividad constructiva es intensa:[6] Fomento, obras particulares en Gracia, San Gervasio, Sarriá, Casa Bandera en la ronda de la Universidad número 23.
Francisco compra un solar grande en la manzana 23 y construye –en una esquina del solar– la casa que Elías le había dibujado, con planta baja y cuatro pisos; el resto quedó primero como jardín.
Era una de las primeras casas que se construían en el ensanche.
Can Brosa se convertiría en lugar de encuentros familiares con los Marroig, los Albanell, los Segalá, los Mas, los Palau.