Francisco Corzas

Nació en el seno de una familia muy pobre pero se las ingenió para estudiar arte en México e Italia, comenzando su carrera como artista en Europa.

Para ello forma el grupo Trío La Esmeralda junto con Felipe Zaúl Peña y Raúl Anguiano, que animan fiestas estudiantiles.

Kubli regresa a México al poco tiempo, pero Corzas se queda en Roma en el antiguo barrio de Trastevere.

[1]​ Sin embargo, aún más importante, durante su permanencia en Europa visita varios museos para aprender sobre y desarrollar una pasión por el arte clásico europeo, lo cual ejerce gran influencia sobre su estética.

[1]​ En 1967 en Italia, Corzas conoce a su futura esposa, Bianca Dall’Occa, una joven viuda once años mayor que él.

Corzas se siente fascinado por la música, la poesía, la danza, y los placeres de la vida, incluidos los romances.

[1]​[3]​ Su obra sigue siendo reconocida en Europa aún después de su regreso a México, con invitaciones para trabajar allí y en Estados Unidos.

Pasa temporada en Europa durante la década de 1970, recibe una beca Des Art del gobierno francés.

Permanece un año en el taller Bramsen en París y luego viaja por varios países de Europa.

[5]​ En México, recibió una mención honoraria en el Salón de la Plástica Mexicana, del cual pasa a ser miembro.

Entre los pintores más admirados por Corzas se encuentran Correggio, Veronese, Tintoretto, Velázquez y especialmente Goya.

[3]​ Inclusive firmó algunas de sus obras seminales con el seudónimo de “Goya.”[2]​[3]​ Se sentía profundamente atraído por el pasado y a menudo imágenes del pasado aparecen en sus obras tales como figuras ataviadas en vestimentas antiguas y con sombreros amplios.

[3]​ Sus temas preferidos incluyen desnudos femeninos sensuales y eróticos, los mejores poseen un toque melancólico, de hermosas mujeres tristes entre colores borrosos que sugieren una cama o un chal.

[2]​ No utilizaba modelos, los rostros y figuras humanas estaban basados en historias que había leído o eran inventados.