[6] Fue el encargado de predicar el sermón fúnebre en los funerales que hizo a Felipe III la Universidad de Salamanca.
Años después, en 1627 fue nombrado predicador del rey.
Acompañó a Roma al embajador Juan Chumacero y su hermano Domingo Pimentel en 1637.
Años después volvería a Roma acompañando al también jesuita Francisco Aguado, con motivo de la congregación general tras la muerte del general de la Compañía de Jesús, Vitelleschi; en que salió elegido Vincenzo Carafa.
Murió en 1648, siendo enterrado en el Colegio Imperial de Madrid.