Se presentó como voluntario en la primera guerra carlista, en la que terminó con el grado de comandante.
En 1870 fue parte integrante del levantamiento alavés, en contacto con Eguileta y Sodupe.
Tras el fracaso, se acogió al indulto de Oteo.
No obstante, su lealtad al movimiento carlista le valió formar de la Junta Militar Vasco-Navarra que actuaba en Bayona, disuelta por Carlos VII en 1872.
Esta acción fue la última de importancia registrada en Vizcaya, cuando la guerra ya tocaba a su fin.