En aquel momento era racionero en Sevilla, cargo que permutó por una canonjía en Salamanca.
[4][5][6] A partir de 1488, debido a la avanzada edad de Torquemada que había llevado a cabo un gobierno del tribunal inquisitorial muy personalista, se dio más protagonismo al Consejo, del que Sánchez de la Fuente formaba parte.
De hecho, el papa Inocencio VIII, dio poder a los monarcas para escoger colaboradores o un sucesor al inquisidor general, pero el cambio tardó en producirse.
El cargo lo compagino con los inquisitoriales, junto a los colaboradores del inquisidor general.
Parece que su muerte causó tristeza en Isabel la Católica que, según González Dávila y Gómez Bravo, derramó lágrimas al saber la noticia.