Luego de un viaje a su tierra natal, entre los años 1873-74, y observar los viñedos, su trabajo y sus oportunidades regresó al Uruguay a comenzar su negocio en el ramo de la vitivinicultura, trayendo los aspectos más avanzados de esta industria.
[1] En 1874 fundó una granja en el pueblo de Colón, convertido en el siglo XX en un barrio más de Montevideo, y desde entonces hasta 1883 sostuvo una verdadera lucha para conseguir cepas que, por su resistencia y producción, mejor se adaptaran al clima uruguayo.
[2] Fue fundador de la Asociación Rural del Uruguay y creó la primera biblioteca especializada en aspectos vitivinícolas.
[3] Su estatua, inaugurada en la plaza Colón, en 1891 -obra de Juan Luis y Nicanor Blanes, hijos de Juan Manuel Blanes-, consagra los méritos de este progresista ciudadano.
Una calle en Montevideo lo recuerda y lo homenajea.