Muy joven viajó a Zaragoza donde entró como aprendiz en el taller de Vicente Berdusán.
En su madurez instaló taller propio en la calle del Carmen de Zaragoza.
También cultivó la pintura al óleo en un estilo monumentalista en el que predomina el dibujo y el trabajo tenue del claroscuro.
Se le atribuyen otros trabajos en la Seo de Zaragoza, Olite, Corella y Viana.
Especializado en el retrato de santos al óleo y, en especial, en murales.