Más tarde se mudó a Hampstead, Middlesex, donde vivió hasta el día de su muerte.
Este sistema implicaba tener que escribir o dibujar en una lámina de metal con una tinta aislante especial; la lámina se envolvía al cilindro y este giraba poco a poco como el mecanismo de un reloj.
No obstante, el sistema nunca llegó a ser comercial.
Más tarde, en 1861, el sistema fue mejorado por el italiano Giovanni Caselli.
Este consiguió utilizarlo para enviar mensajes en escritura manual de la misma forma que fotografías con su Pantelégrafo.