En la neofranquista Fuerza Nueva (FN) existía un sector, integrado fundamentalmente por militantes de la rama juvenil Fuerza Joven, que aspiraba a hacer del partido una organización claramente neofascista siguiendo el modelo del Movimiento Social Italiano.
Pronto entraron en conflicto con la dirección encabezada por Blas Piñar que quería conformar a Fuerza Nueva como un partido conservador e integrista católico cuyo objetivo era acabar con el régimen democrático, alentando y apoyando a los sectores golpistas del Ejército, aunque sin descartar presentarse a las elecciones.
Una parte de estos militantes más jóvenes afines al neofascismo reclamaban el recurso a la «acción directa» siguiendo el modelo del escuadrismo fascista y consideraban que «debía existir un partido —F/N— y una vanguardia más radicalizada, más militante, más activista y callejera» que actuara autónomamente y no pusiera en peligro la imagen del partido, aunque compartiendo una misma «estrategia global».
Al Frente también se incorporaron algunos militantes de la neonazi CEDADE.
El emblema de la organización era una antorcha con la bandera española en la llama que estaba tomado de la sección juvenil del Movimiento Social Italiano, el Fronte Nazionale de la Giuventú, del que, por otro lado, el FNJ había tomado el nombre.