Fuencaliente (Huéscar)

Según información complementaria aportada por M. Martínez Fernández, el manantial está presente desde tiempos remotos.

Fuencaliente está lo más "salvaje" posible, ya que el fondo no está pavimentado y se compone de los desechos de los peces que hay (barbos y carpas), llamado cieno o fango.

El manantial recibe el nombre de Fuencaliente puesto que en invierno el agua sigue estando en torno a los 18 °C, y la diferencia de temperatura con el exterior hace que el manantial emane vapor durante los meses fríos del año.

En esta misma zona, pero más al sur habría materiales cerámicos romanos (S. I-V d. C.) junto a medievales (s. X-XI d. C.).

La vieja "as- Saquiy a al-Macar", en tierras de Fuencaliente, significa "Acequia del Cortijo".

Este nombre es una deformación y castellanización de una palabra árabe, que sonaba a "almazara".

Los lugares escogidos como almohalas (la palabra significa también "campamento" o "real" de tropas) debían estar en la ruta interesada, tener agua bastante para un ejército, disponer de espacio suficiente para acampar y ser lugares abrigados.

En la superficie se aprecian algunos restos humanos asociados a lajas de arenisca y algunos materiales que permiten datar la necrópolis entre los siglos V-VI a X-XI d. C. En la actualidad el yacimiento aparece arrasado, no observándose restos humanos ni materiales arqueológicos en superficie.

Una vez los cristianos conquistan Huéscar se imponen dos actividades importantes en la zona de Fuencaliente.

Fotografía panorámica de Fuencaliente.