Mencionó que, en ese momento, solo había una rotonda con césped en mal estado y comentó a su equipo que una fuente podría mejorar la vista; la rotonda sustituyó a la Glorieta del Caballito, cuya escultura principal fue retirada en 1979.
[1] Felguérez lo diseñó in situ con el Monumento a la Revolución como referencia visual.
Los chorros de agua que arrojaría tomarían la forma del monumento, con curvas altas en el centro y curvas afiladas a los lados.
[2] Juan Álvarez del Castillo fue elegido como arquitecto.
[1] En el borde se pintan dos círculos rojos que representan los ojos de México.