Se trata de una fortificación construida a comienzos del siglo XVII.
[3] Es un castillo que se construyó fuera del núcleo urbano como baluarte y refugio de las tropas que combatieron a los sublevados moriscos tras el Decreto de Expulsión de 1609, que permanecieron viviendo por las zonas de la Muela.
Se construyó por orden de Juan Pacheco, dirigiendo las obras el maestro Francisco Miranda.
Sus restos, abandonados desde la derrota morisca, se encuentran en avanzado estado de ruina, habiendo sido alguna de sus dependencias reconvertidas para usos agrícolas y ganaderos.
Se distingue principalmente su recinto amurallado, en el que se abren troneras y aspilleras habilitadas para el incipiente uso del fuego fusilero y artillero.