Por extensión, se aplica a toda música que contenga unas determinadas características que se relacionan con cualidades consideradas «negras»:[1] ritmo fuertemente acentuado, en especial las líneas de bajo, utilización de riffs muy sincopados, etc. Funky es un adjetivo derivado, bien del sustantivo «funk», bien del verbo «to funk».
[2] Como verbo, significa tener miedo, aunque según Clayton y Gammond, a partir de 1700 también asumió la acepción de causar mal olor y, más específicamente, oler mal como consecuencia del humo del tabaco.
[3] Según parece, el adjetivo funky pasó a identificar los locales desagradables y malolientes en la primera mitad del siglo XX; por ejemplo, uno de los más afamados locales de Nueva Orleans, donde solía tocar Buddy Bolden al iniciarse el siglo, se llamaba Funky Butt Hall.
Originalmente se aplicó a una forma de tocar jazz, dentro del estilo hard bop, fuerte y rítmico, muy visceral, con influencias del blues y el gospel y con elementos de tradición africana; estilo que se llamó precisamente funky, aunque más tarde se le designaba también como soul jazz.
Actualmente, la palabra funky se utiliza tanto para referirse a la cualidad propia del funk, como para indicar otras músicas que contienen los elementos básicos del propio funk.