Parece hoy indudable que Foigny fue un autor protestante; de vida desequilibrada, acabó sus días recogido en un convento.
Para Régis Messac, Gabriel de Foigny fue un pensador libertino, «precursor de los filósofos que proclamaron bien alto sus creencias en el progreso y en su necesidad»[1] Destaca La tierra austral conocida por un realismo puntilloso, en medio de fantasías con los movimientos el navegante forzado "Sadeur".
El relato imita técnicas de autentificación, tanto geográfica y astronómica, como histórico-viajera.
Esta rara novela utópica de 1676, de ideas corrosivas, tuvo una edición edulcorada en 1692, a la muerte del autor, que fue reimpresa seis veces a principios del siglo XVIII.
Su referencia "austral" fue copiada en decenas de utopías del siglo XVIII.