Gallo-veleta de la basílica de San Isidoro de León

Consta de tres partes bien diferenciadas: gallo, esfera y cono.

En los archivos no se encontró nunca una mención, ni una historia, ni una fecha que lo relacionara con algún hecho histórico, pero sí se sabe que fue instalado en la torre en el siglo XI.

En los primeros años del siglo XXI se llevó a cabo una restauración exhaustiva de la torre en toda su altura y en sus cuatro costados, fachadas e interior de las salas.

El estudio ofreció un testimonio sorprendente, pues se vio que las tierras y el polen eran de especies vegetales distintas a las existentes en el tejado donde había estado fijado, y en un segundo paso se averiguó que dichas tierras y polen pertenecían a variedades orientales propias de la cuenca del Golfo Pérsico.

En su lugar se hizo una réplica fundida en bronce y con una capa de oro que es la que se subió a las alturas de la torre.

Gallo-veleta custodiado en el museo del claustro.
Gallo-veleta con la bola de soporte y el inicio del cono.
Torre románica donde se ve contra el cielo la réplica moderna del gallo.