[2] Mientras que la investigación en biología estructural se centra en la obtención y análisis de una proteína o grupo de proteínas aisladas o formando complejos supramoleculares cuya función es, por lo general, conocida, la genómica estructural enfatiza la identificación y descripción de nuevas conformaciones estructurales y pliegues; la predicción de la función, si es desconocida, tiene lugar mediante métodos bioinformáticos.
Durante la primera década del siglo XXI se les sumaron otros proyectos, entre los que cabe destacar el Consorcio de Genómica Structural (SGC), con participación de Canadá, el Reino Unido y Suecia y el programa japonés TANPAKU.
[2] El impacto en los campos de la biología molecular y celular y la medicina ha aumentado al enfocarse los centros participantes en este tipo de proyectos cada vez más en proteínas con roles biológicos importantes.
Por ejemplo, la información funcional obtenida ha resultado en hipótesis para el desarrollo de la resistencia a los medicamentos por organismos patógenos y varias estructuras estudiadas son importantes para el diseño racional de fármacos.
[6] Aunque la determinación de estructuras por los consorcios de genómica estructural resulta, en promedio, más barata, estos no han superado en este respecto a los laboratorios tradicionales más eficaces.