El objetivo, según se describió con el mismo, era la salvaguarda del patrimonio histórico cultural, con experiencias y conocimientos de diferentes especialidades, pues los participantes entre otras áreas eran arquitectos, arqueólogos, ingenieros, artistas, urbanistas, historiadores, abogados, químicos y diseñadores, con diferentes grados académicos y particulares trayectorias profesionales.
Anteriormente en el año de 1968 la UNESCO había iniciado con el auspicio del INAH, lo que a la postre se convertiría en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” (ENCRyM).
Se puede mencionar que las instituciones, las personas mencionadas, así como aquellas que pertenecieron a la llamada Generación del 78, constituyen antecedentes fundamentales para la protección del patrimonio cultural en México.
Entre ellos estaban Luis Ortiz Macedo, Javier Villalobos Jaramillo, José Luis Calderón Cabrera, José Arturo Martínez Lazo y Carlos Chanfón Olmos, este último fue director de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” (ENCRyM), como se citó, institución pionera en el área y con oferta académica de trayectoria internacional.
En su faceta literaria, se le otorgó el Premio Alejo Carpentier, el Premio Carlo Erba, Cuentos y Leyendas Médicas y el primer lugar en el Concurso Internacional de Crónica Urbana Salvador Novo con su obra El Cronista de Piedra.