El archipiélago está formado por una docena de islas y una decena de islotes, y se encuentra dividido en dos grupos, cuyo nombre está relacionado con la dirección del viento predominante.
El paisaje incluye llanuras secas, volcanes activos y vertiginosos acantilados sobre el océano.
En Santiago, Fogo, Santo Antão y São Nicolau las montañas superan los 1.280 m de altitud, y en Fogo el volcán, que casi alcanza los tres mil metros, es el principal atractivo del turismo.
En invierno, el harmattan provoca una neblina de polvo que reduce la visibilidad y puede llegar a ocultar el sol, pero el resto del año la insolación es abundante.
Cabo Verde ha dado nombre a los huracanes de tipo Cabo Verde, que se forman en sus proximidades, y luego atraviesan el océano Atlántico para alcanzar las costas antillanas y americanas.
La isla de Fogo, casi circular, tiene unos 25 km de diámetro, y la caldera del volcán, no centrada en la isla sino situada hacia el nordeste, tiene unos 10 por 7 km, y está formada por un acantilado casi vertical en el interior, la bordeira, con una gran abertura hacia el este, por donde se ha escapado la lava.
De hecho, Fogo es un estratovolcán situado sobre la placa africana debido a una anomalía térmica bajo el manto, lo que se llama un punto caliente.
Apenas hay agua y la erosión cuando llueve ha motivado una gran campaña de reforestación.
Domina la vegetación propia de la Macaronesia ((Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde), de cuyo conjunto es la región más seca y meridional, con importantes cambios realizados por el ser humano.
[10] Cuando el viento sopla del desierto, las temperaturas pueden subir a 35-37.oC entre mayo y octubre.