Los materiales más antiguos emergidos proceden de la antigua formación del Macizo Ibérico datada en el Carbonífero; el acercamiento de la Placa Africana provocó a lo largo del plegamiento alpino que los materiales presentes en el antiguo lecho marino que rodeaba al macizo original salieran a la superficie conformando la actual Cordillera Bética.
Tras su formación durante el Mioceno el sistema ha desarrollado una gran actividad resultado del aún presente movimiento de placas.
Los materiales que conforman estas unidades corresponden a aquellos depositados en regiones muy profundas entre las placas de Alborán e Ibérica.
[3] Tras el acercamiento de ambas placas estos materiales fueron deplazados hacia los márgenes aflorando más tarde.
Tienen su origen en el propio plegamiento alpino al quedar amplias zonas sin plegar y rodeadas de grandes cordilleras.
Los materiales presentes son siempre sedimentarios o conglomerados y su depósito se vino produciendo desde los primeros momentos de la orogenia hasta la actualidad.