Las hembras son un poco más pequeñas, y ambos sexos pesan aproximadamente 400 gramos (14 oz).
Defiende su madriguera de los intrusos emitiendo un llamado sibilante y rechinando los dientes.
Evita salir a la superficie, donde corre peligro ante los depredadores, agarrando las raíces de la planta y arrastrándola hacia su madriguera.
También practica la coprofagia, comiendo algunas de sus propias bolitas fecales: las toma con los dientes directamente del ano, las manipula con las patas delanteras y las examina cuidadosamente; luego consume algunas y rechaza otras.
Se sabe poco sobre el comportamiento reproductivo de esta especie, pero parece reproducirse en cualquier época del año.