Creó la Fundación Gruber Jez, que tiene su sede en Cholul, comisaría del municipio de Mérida, Yucatán.
Entre los años de 1962 a 1980 es conocida como Gerda Spurey, posteriormente recupera el apellido Gruber.
Entre sus alumnos están destacados escultores como Javier Marín, Paloma Torres y Miriam Medréz.
Su labor docente, tal como ella misma lo dice, es tan importante y enriquecedora como su trabajo artístico; Gruber trae a México técnicas de trabajo con materiales que convencionalmente se utilizaban solo en el campo de la artesanía.
Las enseñanzas de Gruber en la creación de objetos y diseños realizados en arcilla, barro y técnicas cerámicas, dejó un movimiento que hasta la actualidad enriquece la escena en artes visuales.