Las opiniones de otros personajes sobre Gertrudis son en gran medida negativas.
Sin embargo, otras consideraciones sí apuntan a la complicidad de Gertrudis.
Tras repetidas amenazas erráticas hacia su madre sin obtener respuesta, Hamlet amenaza con descubrir la verdadera naturaleza del carácter de Gertrudis colocando un espejo, momento en el que ella proyecta un asesino:
Influenciados por el enfoque psicoanalítico de Jones, varias producciones han representado la "escena del armario", en la que Hamlet se enfrenta a su madre en sus aposentos privados, desde una perspectiva sexual.
Heilbrun argumenta que durante siglos los hombres han malinterpretado completamente a Gertrudis, creyendo lo que Hamlet decía de ella y no el texto real de la obra.
Según este argumento, no hay pruebas claras que sugieran que Gertrudis sea una adúltera: simplemente se está adaptando a las circunstancias de la muerte de su marido por el bien del reino.
Las mujeres tuvieron casi exclusivamente prohibido aparecer como actrices en el escenario hasta aproximadamente 1660 y en los periodos isabelino y jacobino aparecieron compañías compuestas enteramente por actores varones.