Para limpiarlas, Gertrudis se dio cuenta de que estas manchas iban tomando forma de cuerpo, hasta que lograron ver “una hermosa imagen de María Santísima, con el Niño Jesús al lado izquierdo.
Pero a la figura del Niño de faltaba el brazo izquierdo”.
Se pidió que los mejores pintores completen el cuadro pero al día siguiente de haberlo pintado se dieron cuenta de que su trabajo había desaparecido.
Quedaron muy sorprendidos y Gertrudis pidió que se le pusiera una advocación, concordando todos en “Santa Imagen de Nuestra Señora del Amparo”.
[1] La ahora venerable Gertrudis escribió varios libros de salves, letanías y oraciones.