Los registros históricos muestran que Gervasio tuvo un papel importante en las disputas entre los monjes y el arzobispo Baldwin (1185-1191), y fue uno de los monjes enviados a anunciar al arzobispo una apelación ante el papa.
Hasta ese momento, aunque era uno de los monjes superiores, Gervasio no había desempeñado ningún oficio prominente, pero a continuación fue nombrado sacristán, asistiendo en 1193 al nuevo arzobispo Hubert Walter.
Se conservan escritos suyos de 1199, y hay leves indicios en otra crónica, el Gesta Regum, que continuó escribiendo hasta 1210, cuando un repentino cambio en el estilo del documento hacen pensar en un nuevo cronista.
Por consiguiente, su muerte puede suponerse en o poco después de ese año.
Aunque hasta hace poco se sospechaba que el cráter Giordano Bruno era el resultado de tal impacto, recientes estudios ponen en duda esta hipótesis.
Un nuevo análisis demuestra que dicho evento no pudo haber sucedido en 1178.