Era un astro rico en minerales y combustibles fósiles: durante un tiempo fue un vergel rebosante de vida, como la Tierra, pero la industrialización descontrolada terminó por transformarlo en un planeta moribundo.
Sin embargo persisten las formas de vida como los perros salvajes, los tubérculos krall y una planta llamada lirio-cala.
Sin embargo, el propio autor de la serie, Frank Herbert, señala en Herejes de Dune que la sede del Sidirar barón, o gobernador planetario, era el complejo-fortaleza de Baronía.
La Bene Gesserit poseía un Alcázar en su zona forestal.
En él se esconde la no-estancia secreta en que se refugian el Bashar Miles Teg, la Reverenda Madre Lucilla y el joven ghola de Duncan Idaho en su huida de los tleilaxu.