Gil María de San José

Francesco Antonio Pasquale Domenico Pontillo Procaccio,[1]​ nació en el municipio de Tarento, de padres italianos muy humildesː Cataldo Pontillo y María Gracia Procaccio.

[2]​ En 1754, ingresó a la Orden Franciscana, en la provincia de Lecce en el convento de Galatone de los franciscanos alcantarianos, cuando contaba con 25 años, por las dificultades económicas que atravesaba su familia.

[1]​ Por su trabajo allí se ganó el apelativo de "Consolador de Nápoles" [1]​ Además de misionero, Francesco era un monje contemplativo, dedicado a la oración y el ayuno.

[1]​ Desde antes de su fallecimiento, se le tenía mucho aprecio a fray Gil, por lo que después de su muerte se convirtió en referente de una vida consagrada a Dios.

[1]​ Su memoria litúrgica se celebra el 7 de febrero.